Premonición.

Tú estabas sentado.
Nao con el cabello mojado, sobre los hombros.
Yo tapaba mi cara con los brazos.

La respiración a traspie.


Nos quedamos los dos mirando. Yo a ti, tú a ella.
Sólo en AGOSTO vi algo parecido.


Una noche, llegaste de la fiesta y te dije: no estudié.
Solucionaste el mundo.

Yo no tengo ese poder.
Y no sabes cuánto me duele.


La tomaste de la mano. Recargaste la cabeza.
Hizo un esfuerzo sobrenatural por tranquilizarse. Lo logró.


Lo que vi, nunca lo olvidaré. Salí a llorar.
Perdóname.

Mientras estaba el partido dijiste: Tengo miedo.
Después se hizo un silencio.
Y centramos la atención en las telarañas.

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Me tienes paciencia. Mucha.
Este barco se hunde y por voluntad propia,
has decidido hundirte conmigo.
No tengo cómo pagarlo.

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Y después me acosté a morir.