28/2/11

En la mañana, no se desayuna en la casa de la infancia.

1 Notas al pie



El pasado.

Entre una ruina y otra ruina
levanté una casa,
entre dos fantasmas instalé una fe,
entre un abismo y otro abismo
dispuse los manteles de la mesa
y sonreí cuando entre dos montones de cadáveres
surgió un tulipán.


Así es como he vivido
hermanos míos.
¿Me comprenden ahora?
Así he vivido.
María Banus

24/2/11

INCENDIARLO TODO

0 Notas al pie
Ver un camión de INFRA
mientras camino.

Ver un camión de INFRA entrar a la unidad.
Pararme en la ventana,
dar vuelta al reloj de arena,
esperar.
Mi vecino tarda exactamente 4 minutos en atravesar el estacionamiento.
Su tanque es chico.
Hago cálculos,
usará dos litros y medio por segundo.

(Incendiarlo todo)

Mi vecino es joven.
Su enfermedad avanza rápido.

A veces, cuando lo encuentro en la tienda,
o en la calle,
me dan ganas de abrazarlo- pero no eres tú-.


No seré testigo de su caída. No.

No veré como poco a poco, la ropa que ahora usa,
lo hará pequeño.


(Incendiarlo todo)

Esa respiración no es mía.

Aún así,
cada que mi mirada se encuentra con la de su mujer,
reconozco mis ojos,
meses atrás.



10/2/11

7 meses han pasado desde el lanzamiento. En Gliese salen trenes al espacio cada nanosegundo.

0 Notas al pie
********




Los muertos


Será que guardan la medida de otro mundo
suspendido
entre dos instantes de esto
que aquí llamamos tiempo
o lo vivido un súbito
recuerdo esta certeza
de que nunca estamos solos

Yo no soy un hombre soy una legión de muertos

y algo cae
y pertenece
a su reino
al evocarlos

será

que guardan otra acumulada edad
de la tierra que descansa
en lo que estuvo en la tierra
si es que fuera
tierra todo lo visible y lo
que no

será
que habitan lo invisible
pero pesan
desde ahí
y nos inventan
yo no sé
sólo digo que están muertos sólo digo
que los pienso
en este aquí
provisional presente como decir aparición
de lo que fueron o somos o seremos digo fe
en lo aparecido y lo desaparecido y lo inaparecido
(aún)
digo visitantes
ausencias en las ruinas
del amor

y el espanto
que nos falta (todavía)
para deletrear la tierra

será

que no sospechan
que su mundo es este mismo el único y que (aún)
discutimos su existencia
porque piensan despacio muy despacio
como muertos tanto
que uno solo de sus pensamientos
puede tomar siglos
en nosotros igual para nacer
que el cristal bajo la roca o ser veloces deslumbrantes
como el reflejo del sol
en el lomo de los peces (oro) un golpe
que rebasa el pensamiento en un
destello


esto no es un pensamiento es un temblor

todos mis muertos
que tanto he contado y conocido
ellos tan antes y son muertos son todos desde el tiempo
donde arañé la cita
de una historia esta historia de una sombra son testigos
y acaso
testamento

será

que están ya conmigo todos viviendo mis muertos.

Jorge Fernandez Granados.

*******



(Caminar y seguir, Major Tom)

No te preocupes por mí...

7/2/11

"El canario ya murió..."

0 Notas al pie


*****

(...)

En la sala, las siamesas.

Dos cabezas.
Un cuerpo.
Llevan un vestido rosa con holanes. Calcetas blancas, zapatos negros.

Las siamesas tienen 30 años.


1: Cuando niñas, mamá nos contaba la historia de la cabra que nació con dos cabezas, era una cabra bonita, decía, era una cabra grande, inteligente. Tan inteligente que tuvo dos cabezas porque su cerebro no le cabía en un sólo cráneo.

2: Necesitaba dos, y Dios le hizo caso. Esta cabra, decía, era la envidia del pueblo; todo mundo quería verla y formaban filas y filas enormes. La cabra, inteligente como pocas, mostraba su dentadura: así. Y comía un pasto verde y jugoso. La gente pagaba por ello. Y la querían.


1: Pero un día, la cabra enfermó de anhelo. Mamá no supo explicarnos cómo pasó, pero pasó. Quería salir a pastar a los campos, correr, balar. Y no podía. Encerrada en su cerebro, una inteligencia partida en dos. Pegadas las cabezas, torpes las patas. Inmóvil.

2: Dejó de comer y de mostrar sus dientes: así. La sacrificaron. Una cabra sonriente es adorable; una cabra ambiciosa, es un estorbo.

1: Por supuesto mamá nunca contó esa parte de la historia, para ella terminaba así: y era tanto su anhelo que el dueño la dejó en libertad. La cabra tardó muchos días en aprender a correr porque no es fácil correr con dos cabezas pegadas a un sólo cuerpo.

2: Nada fácil.

1: Una cabeza quería ir hacia el pasto del norte, la otra-menos ambiciosa-quería ir al pasto del patio trasero. Hicieron un acuerdo y terminaron en el pastizal de la vecina.

2: A diez metros de distancia.

1: Y la vecina cuidó a la cabra hasta que su enfermedad se curó. Cuando se cansó de la libertad, pasó sus días feliz, entre los pueblerinos que cada navidad le llevaban regalos, cual Niño Dios.

2: Con dos cabezas y un pesebre.

1: Mamá murió un martes. No llovía, no hacía sol. Era un día más bien gris. Yo fui la primera en notarlo.

2: Siempre dice que fue la primera en notarlo. La primera en nacer, la primera en besar a alguien, la primera en dejar el biberón.

Silencio.
La cabeza 1 mira desafiante a la cabeza 2, que apenada, se agacha.

1: Lo noté no sólo porque ya no respiraba. Mamá a veces dejaba de respirar, lo hacía cuando “se cansaba de todo, hasta de vivir” pero al minuto regresaba, con más ganas que nunca, un poco tonta también. Pero ese martes, mamá tenía la mirada hacia dentro. Los muertos jalan sus ojos al fondo, como si se los succionara una bomba. Las mejillas desaparecen, los pómulos se afilan, la boca se entreabre, así. Y el olor aparece.

2: Mamá apestaba, yo me quería ir, pero ella no paraba de llorar y de vomitar.

1: Uno no debería ver a los suyos sin vida. Las historias deberían de acabar con pueblerinos llevando regalos “y vivieron felices por siempre. Entre pesebres” Enterramos a mamá en el patio.
1: Pensamos mucho, porque tenemos un cerebro tan grande que no cabe en una cabeza. Pensamos en mamá.

2: En que se pudre.

1: En la manera en la que nos abrazaba en las noches y colocaba un beso en cada frente. En que nadie le lleva flores, o le cuenta la telenovela de las once.

2: También pensamos en la cabra. En su pesebre. En el fin del mundo.

Silencio.


La cabeza 1 mira desafiante a la cabeza 2, que apenada, se agacha.

1: El resto de los días, en los que "Él" no se corta las uñas, no pensamos en nada. No tenemos tiempo.

2: No pensar en nada, hace que nos de migraña.

Silencio.


La cabeza 1 mira desafiante a la cabeza 2, que apenada, se agacha.

2: Me de migraña.

1: De unos meses para acá, algo sucede.

2: Estamos enfermas de anhelo.

1: O del estómago. No tenemos hambre y lo poco que comemos lo vomitamos. “Él” dice que pasará, que tomemos la medicina, pero a “Él” no le creemos nada. Nunca.

2: El anhelo no se quita con pepto bismol.

1: Queremos salir. Nada aparatoso, ni grandes viajes, ni conocer el mar. No, queremos salir para ir a la tienda de cosméticos que está enfrente.

2: Es nueva.

1: La vemos todas las mañanas por entre las cortinas de la ventana. Las paredes están pintadas de rosa con una franja blanca. Al frente cuelga un letrerito de madera con la leyenda: “La belleza aunque interna, también se pinta”.

2: Y nosotros somos bellas.

(...)

1/2/11

Cuando conquiste Gliese, regresaré a la Tierra por los restos de la escafandra que perdí una mañana de julio.

2 Notas al pie
*********




"Ahora sólo pienso en una cosa: romper el record de inmersión sin aletas."

No depende de la voluntad.

******

Tu cuerpo de ocho meses sin vida

aún conserva el perfume de mi infancia,

mamá...


 

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