O ese capítulo que no es verdad. (Los enfermos, no sanan)

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Pienso en ti
diario;
en que estás muerto
y que no te pudres.

Tus cenizas no son polvo.

Milímetros de lo que fuiste,
adentro de un mármol gris,
no hace justicia a la historia que eres;
y tu esposa coloca una rosa cada tercer día
para alegrar un poco
la física que te separa de nosotros.

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No.
No regresarás.
Y no, yo no volveré.